1/22/2007

La vida del cesante


Hace unos cuantos fines de semana me fui con mi amiga Chasca y mi amiga CG a Mendoza. El tema partió surrealista. La CG se iba a ir desde Viña, y con la Chasca teniamos que trabajar el Viernes hasta la 1:30pm. El Jueves llamamos por teléfono para averiguar qué buses iban a Mendoza en la tarde. El lolito de Informaciones me dijo "O'Higgins, El Rápido, Andesmar, ssshiarr, Cata". ¿¿¿Qué??? "O'Higgins, El Rápido, Andesmar, Ssshiarr, Cata" Yaaaa.... Muertas de copucha de qué podría ser Sssshiarrr, partimos al terminal Santiago. Sssssshiarrr era "Chi-Ar", empresa mula de transportes que salió en Contacto por un rollo de unos pasaportes falsos y redes de delincuencia... yupi. Al final O'higgins nos convenía por horario, así que ahí nos fuimos. Era un minibus, a mí me tocó arriba de una rueda, donde había un fierro caliente que literalmente me quemó la pierna. El periplo empezó con un DVD de La Ley Unplugged (guac), siguó con Diego Torres Unplugged (más guac) y derivó finalmente a Maná Unplugged. Aquí yo pensé que ya era lo peor, pero no debí haber pensado eso. Porque después de una parada, vino la segunda parte: el chofer (un gordo argentinísimo, enfermo de puntudo) decidió que ya estaba bueno de aire acondicionado, abrió la escotilla y puso a Luismi, los boleros, a lo que se dice toda corneta. No sólo una vez, sino que 3 veces completas. Además el "sobrecargo", un chileno que se argentinizaba a pasos agigantados, cantaba a voz en cuello "Tú, la misma de ayeeer..." Horror. Con Chasca nos carcajeábamos en medio de los remolinos de viento de la escotilla. Llegamos al paso Los Libertadores. Vino el clásico trámite aduanero. En eso don Gordo Argentino nos hace sentar, y a voz en cuello nos dice que hay que pasarle propina al socio de las maletas. Y entonces saca un vasito plástico, con monedas, y las empieza a hacer sonar y a vociferar: "¡¡La moneditaaaa, la moneditaaaa!!" mientras pasaba por los asientos. Insólito. Al subirnos de nuevo al bus, vuelta a Luismi. Pero al parecer al cruzar la frontera su alma gaucha se inflamó de ardor y cambió al azteca por un compilado con lo más granado de la cumbia de allende Los Andes. Una tortura, seguida por Rock'N Roll (shubapabuduba-shuba-pa-pa, Tuttifrutti.....). Miscelánea la cosa. Y bueno, llegamos exhaustas al terminal, donde nos esperaba una llorosa CG, que juraba que llegábamos a las 8 pm y no entendía por qué eran las 11:30 y no aparecíamos. Igual, mal acompañada no estaba: había conocido un alemancito harto lindo. Y bueno, nos fuimos las tres al hotel, todo rico, día siguiente de shopping, perdimos a CG en acción, que se quedó con su germano. Pero lo mejor vino el Domingo. Nos fuimos (Chasca y yo) a las Termas de Cacheuta. Nos pasaron a buscar al hotel y nos tiraron altiro al circuito termal. Piscinita tibia, chorros fuertes, masajes de burbujitas (con familia de chilenos gritando el ceacheí, pero bueno...), baño de vapor, baño de barro (de ahi es la foto...) y chapoteo en las piscinas termales. Así hasta la hora de almuerzo (buffet, exquisito), siesta, masaje de relajación y vuelta al circuito. Todo perfecto. Aunque en el masaje, en el box de al lado, había una vieja depre que casi me corta los chakras. Onda "es que a mi edad nadie te da trabajo, nadie te pone atención, no me toqués esa cicatriz que me da impresión, es de una operación de hace 7 años, la pantorrilla tampoco, el otro día me miré en el espejo y me vi tan vieja, gorda, decadente, todo colgando, es horrible esto de la edad, he estado tan deprimida, bla, bla, bla..." Todo esto a voz en cuello, sin ningún segundo de respiro, en tono quejumbroso. Yo me empecé a poner tensa, ganas de gritarle "¡¡¡Cállate, viejuja!!!", pero me comporté. Por suerte la masajeadora le ordenó que se callara, y de ahí todo fue paz. Y bueno, todo este lujo digno de las cesantes que somos nos salió como 28 lucas por nuca, el dia completo. Paraíso al alcance de la mano. Así que ya junto dolarillos para volver a Cacheuta...

1/02/2007

Año Nuevo, la misma mierda



Suena pesimista. Es pesimista. Y es verdad. No sé qué nos lleva a dividir nuestra vida en años, como si el mero hecho de pasar del 31 de Diciembre a las 11:59 pm a un 1 de Enero a las 12:00 am fuera a redimirnos, volvernos mejores personas y darnos todo lo que nos falta. Pero igual queda esa sensación de alivio, de página en blanco. Y nos llenamos de listitas de "nunca más" y de "ahora sí que sí". Este año pasé el año nuevo con mi amiga Witch. Tengo que mencionarlo: odio los años nuevos. Esa obligación de pasarlo bien... Igual estuvo rico, terminamos en una fiestoca ochentera, yo al menos bailando como desatada. Al salir no habían taxis (brillante idea: salir en taxi para el año nuevo...) y caminamos por Pío Nono buscando algún medio de transporte válido. Todos curados, un tipo inconsciente cubierto de challas abrazado a un poste, unos punketas espectaculares, con los mohicanos más lindos que he visto por estos lares. Y nosotras con los pies adoloridos, pero al menos yo extrañamente feliz. Aún sabiendo que nada va a cambiar, igual está la esperanza de que este año va a ser mejor. No sé qué onda, pero el 2006 se caracterizó por ser un año intenso para algunos, francamente pésimo para muchos. Eso redobla las expectativas. Así que a mi pesar hice las famosas listitas.


Quiero:

- Irme a Francia


- Dejar de ser cobarde


- Volver a mi adolescencia: pasar de mino en mino, sin enamorarme, livianita como una pluma.


No quiero:


- Volver a ser cobarde (es mi tema recurrente y mi camino)


- Meterme en dramas


- Estancarme


Y sobre todo, quiero encontrarme a un minito como el de la foto a continuación, que me haga masajitos y otras cositas... No pido casi nada, ¿ven?