7/31/2006

De vuelta

Todavía esto sigue en pañales, no cacho cómo arreglar la plantilla, no he puesto fotos... flojonaza salí. Pero bueno. Vengo llegando de Bs. As. Qué buenísimo estuvo. Comí como un cerdillo, me compré chorrocientos mil libros, caminé como nunca. Y lo mejor: quedé con el ego en las nubes. Los argentinos son especialistas en eso. Se me tiraban como moscas, a plena luz del día. Tipos bellos, que me piropeaban y trataban inevitablemente de robarme un beso. Es más o menos lo que necesitaba, después de la separación con mi novio. Hace rato que no me sentía así, adolescente, livianita (lo que es claramente una metáfora, porque con todo lo que comí...) Veo las cosas más luminosas últimamente. Me siento aliviada, como si me hubiera sacado una enormísima mochila. Echo de menos a mi Negro, pero como se extraña a un muy buen amigo. Me he besuqueado con un tipo, le he coqueteado hasta a mi sombra, me he hecho la difícil con algunos, he tomado iniciativas. Me he sentido bien en mi pellejo, bien con mi soledad, con ganas de limpiar el corazón y el alma para que entren cosas nuevas. Ya basta de rutinas autodestructivas, de aguantar desaires e indiferencias. Ahora me la juego por encontrar a alguien que me dé el todo por el todo, nada de medias tintas. Y a gozar de mi soltería, a soltarme las trenzas, reírme en la fila y darme cuenta de que lo liviano a veces cura.

7/26/2006

Empezando...

Todavía estoy luchando con la plantilla, soy decididamente una pésima hacker. No sé qué me dio ahora por hacerme un blog nuevo, será que no es suficiente hueveo con el otro, o será que hago lo que sea con tal de no trabajar y después ando llorando. Como sea aquí voy de nuevo, esta vez a título más personal. Tengo que complacer a mi faceta exhibicionista y autorreferente como sea. Ahora hace un frío satánico, mi gato duerme hecho un ovillo al lado mío. Hace una o dos semanas terminé con mi novio, con el que alcancé a vivir tres años y que a decir verdad era un poco pastelillo. Pensé que la soledad iba a ser mucho más difícil, pero he andado hecha unas pascuas. De hecho mañana me voy a Buenos Aires hasta el Domingo, con una amiga. Todo en la onda de "porque yo lo valgo", aunque seguro a la vuelta me arrepiento cuando cache que tengo la pega A-TRA-SA-DÍ-SI-MA, y que me gasté más que país en guerra. Pero filo, siguiendo con las frases publicitarias, la vida es ahora y para todo lo demás existe Mastercard. Total, el Lunes empiezo. No me entran balas. Estoy en plena fase maníaca: me corté el pelo (todavía no me convence haberme deshecho de mi mata eterna de pelo, pero en realidad ya estaba un poco "démodé") y quiero conocer gente, irme a vivir a otro país, tomar cursos de lo que sea. Agotador, pero bastante mejor que mi previa fase depresiva, donde andaba llorando por los rincones. Y ahora estoy ansssiossssa por irme allende Los Andes... A ver qué tal me va por allá.